La C.N.T. y el Sindicalismo ante el momento actual

La C.N.T. dirigida por la F.A.I. y la U.G.T. dirigida por el Partido Socialista, eran los dos organismos más potentes dentro del cuadro de todas las fuerzas Políticas de todas las tendencias del país. Pero entre estos dos organismos había odios profundos.

Ser nº 26 

Por Marcial Villamor

EPILOGO            

El lector se habrá dado cuenta por lo que queda dicho al principio de estas páginas que van dirigidas a un grupo de compañeros militantes todos de la organización obrera local, y que el propósito de las mismas era conseguir inclinarlos a la reflexión sobre el estado presente de nuestros problemas teóricos en relación con la situación histórica presente.           

De primera intención, por consiguiente, mi propósito se reducía a los modestos límites de una confidencia personal entre compañeros que están vinculados por los mismos fines ideales y por el duro dramatismo de la lucha diaria.           

Estos buenos camaradas están ahora en su mayoría afiliados al Partido Sindicalista, pero en honor a la verdad, tengo que declarar que mi carta informe, no ha sido el motivo decisivo; la lección, la experiencia de Octubre les ha enseñado más, los ha educado más que veinte cursos de historia y táctica revolucionaria.           

Desgraciadamente para el movimiento, quedan aún muchos buenos camaradas en la Confederación, que de Octubre no han aprendido nada, igual le ocurre al Partido Socialista y U.G.T.. Se empeñan en que el Partido Socialista tiene que ser la base de la unificación, lo cual equivale a no quererla prácticamente.           

Al constituirse la sección local del Partido Sindicalista, cambiamos impresiones sobre este informe. Mis camaradas consideraron de utilidad su publicación en la prensa del Partido; pero en una conversación incidental sostenida con mi amigo Suarez Picallo, luchador republicano de izquierda y Director del valiente semanario “SER”, solicitó de mi colaboración para el mismo, y, que le hiciese a la vez, unas declaraciones sobre la situación de la C.N.T. en relación con la situación política y los progresos del Partido Sindicalista en el plano regional y nacional. A lo cual le contesté que le enseñaría un escrito que en mí concepto satisfacía sus deseos. Lo leyó, le pareció bien, y me indicó que además de ser publicado en el semanario, se podía editar en folleto. Convenimos en su edición, y a esto se debe que estas cuantas líneas que en el primer momento no tenían más objeto que el de una confidencia íntima, vean la luz pública. De su utilidad juzgará el lector.           

Desde que fueron escritas estas líneas hasta la fecha en que sale a la publicidad el folleto, median siete meses. En el transcurso de estos siete meses se han producido pocos acontecimientos externos. No obstante la vida de los Partidos y las organizaciones sindicales de clase, se caracteriza por su dinamismo político interno.           

Las previsiones formuladas a través de las páginas de este trabajo, se ven confirmadas por los hechos que se desprenden de todo el proceso de la lucha interna que hoy viven todas estas agrupaciones y organizaciones Sindicales. La C.N.T. dirigida por la F.A.I. y la U.G.T. dirigida por el Partido Socialista, eran los dos organismos más potentes dentro del cuadro de todas las fuerzas Políticas de todas las tendencias del país. Pero entre estos dos organismos había odios profundos. Más que engendrados por motivos de doctrinas partiendo de su base fundamental ( aunque este factor jugase su papel ) era producto de una tradición de culturas elaboradas sobre motivos teóricos secundarios, tácticos, exagerados hasta la categoría de principios absolutamente contradictorios e incompatibles, según muchos.           

Es innegable que si la tradición materializa peculiaridades culturales subalternas, la inteligencia entre los hombres que las encarnan se hace imposible, aunque los rasgos esenciales arranquen de la mima raíz, como ocurre en este caso. Se dirá que no es verdad, que las dos escuelas : la marxista y la anarquista no nacen de la misma raíz; pero el hecho es que cuando un anarquista discurre respecto a los problemas sociales, parte siempre de la mecánica económica de las relaciones económicas, es decir, del materialismo físico y del materialismo económico, y el materialismo es la base cultural que le da carácter a nuestra civilización.           

Hay indicios de que se trata de darle otra información cultural al mundo; pero a nuestros anarquistas modernos les falta objetividad para emprender su estudio. Dígase lo que se quiera, para el movimiento proletario ( comprendido el de orientación “anarquista” ), Marx ha vencido a Hegel. Bakunin padecía un dualismo cultural : el idealismo de Hegel y Fichte, por un lado y Marx por otro, formaron un compuesto de influencias del cual nació su hibridismo cultural. Pero cuando Bakunin se creía en la necesidad de polemizar con los liberales burgueses, toda su argumentación arrancaba de una base materialista. Su polémica con Mazzini es un ejemplo vivo de lo que digo, y de Bakunin arrancó toda nuestra cultura revolucionaria. Sin que esto suponga olvidar la importante aportación de los demás maestros : Kropoquine, Réclus, etc. Materialista también, aunque el último, le diese más importancia al determinismo geográfico que al económico.           

Por consiguiente, es cierto que fundamentalmente somos generaciones producto de la misma raíz, de la misma base cultural. El socialismo en su sentido genérico nos informa a todos; pero no es menos cierto que las peculiaridades tácticas han definido nuestras personalidades colectivas: de un reformismo humillante y sin contornos doctrinales acusados y firmes, la U.G.T.. De un extremismo exacerbado y fantástico, la C.N.T. . Una pecaba por defecto de energía revolucionaria, y la otra, por exceso de extremismo simplista.           

En rigor, ninguna de estas dos fuerzas ofrecía garantías y perspectivas seguras para acometer el problema de una insurrección en serio.           

El problema de prever cual de estas dos organizaciones seria la que derribase a nuestra burguesía, y heredase su papel histórico, era una incógnita para cualquier militante proletario por muy inteligente que este fuese.           

La confederación tenía una energía y un dinamismo revolucionario superior al de la U.G.T. pero menos cohesión teórica. la U.G.T. estaba más corrom-

( continuará )